1.1 Enfermedad venosa crónica
Los trastornos venosos crónicos incluyen una amplia gama de problemas funcionales y morfológicos del sistema venoso, independientemente de que produzcan síntomas o no. Desde el año 2009, fecha de publicación del Consenso VEIN-TERM, se define la enfermedad venosa crónica (EVC) como aquella situación patológica de larga duración derivada de alteraciones anatómicas o funcionales del sistema venoso que se manifiestan por síntomas y signos que necesitan estudio y tratamiento (Abbad, 2015). La enfermedad venosa crónica constituye una patología conocida desde la antigüedad que afecta al 25% de la población adulta occidental. En el año 2009se consensuó su definición como cualquier anormalidad morfológica y/funcional del sistema venoso de larga evolución, manifestada mediante signos y síntomas que requieren de investigación y/atención médica (Carrasco & Sánchez, 2015).
La EVC normalmente está causada por alteraciones primarias de la pared venosa o de las válvulas. También estas alteraciones pueden ser causadas de forma secundaria por las secuelas de la trombosis venosa profunda (TVP), que producen el reflujo, obstrucción o ambos (Abbad, 2015). Las malformaciones venosas son también una causa, aunque muy poco frecuente, de EVC. La insuficiencia venosa crónica (IVC) es un término que de acuerdo con los consensos actuales debe reservarse para la EVC avanzada, en aquellos casos en los que se produzca edema, trastornos tróficos en la piel y úlceras (Abbad, 2015). La historia clínica y la exploración física por si solas no siempre indican las características y extensión del problema, por lo que se han desarrollado técnicas diagnósticas para determinar la implicación anatómica y funcional de la obstrucción y reflujo, así como la disfunción de la bomba muscular. La dificultad de la elección e interpretación de las pruebas diagnósticas, así como el tratamiento de la EVC han dado lugar a la publicación de varios consensos (Abbad, 2015). A continuación se describirán aspectos anatómicos y clínicos que envuelven la insuficiencia venosa crónica que es el foco central de este trabajo.
1.1.1 Anatomía descriptiva
Este apartado se presenta de un modo esquemático las capas venosas, el aparato valvular y el territorio capilar para una mejor compresión de la insuficiencia venosa crónica.
1.1.1.1 La pared de la vena
Monedero (1997) ya describía tal y como encontramos en la bibliografía actual la pared de las venas de la siguiente forma:
Consta de tres capas: íntima, media y adventicia.
- Túnica interna o íntima: incluye el endotelio vascular y una capa subendotelial constituida por tejido conjuntivo, mucoglucoproteinas y otras células. En las venas cuyo calibre es inferior a los 10 mm, la íntima forma unos repliegues cóncavos, semicirculares y dispuestos por parejas que constituyen las válvulas.
- Túnica media: Poco desarrollada en las venas y sin fibras elásticas. Constituida sobre todo de tejido conjuntivo, con algunas fibras musculares lisas dispuestas concéntricamente (Klabunde, 2010)
Figura 1. Capas pared de la vena (Kierszenbaum, 2009) |
- Túnica externa o adventicia: es un tejido conjuntivo laxo, contiene los vasa vasorum, vasos nutricios de la vena, linfáticos y terminaciones nerviosas simpáticas alfadrenergicas, que garantizan la contracción de la musculatura de la capa media y la vasoconstricción venosa (Monedero, 1997) .
1.1.1.2 El aparato valvular
Las válvulas está constituidas por dos repliegues endoteliales cóncavos por los que se desliza una lámina fibroelástica que facilita el cierre de las mismas. La pared venosa se adelgaza a nivel valvular, lo que aumenta la posibilidad de que se dañe en caso de una excesiva presión o de una alteración de la pared venosa. Las válvulas flotan en la luz de la vena y solo se cierran cuando la presión venosa supra yacente se hace más importante que la infra yacente a no ser que seas insuficiente. Los aspectos más importantes son: el número de válvulas se incrementan distalmente , debido a que deben detener un flujo retrogrado más intenso, la distancia entre válvulas es mucho mejor en el sistema venoso profundo (cada 22 mm de promedio) que de la superficial (cada 40 mm), la disposición de las válvulas en el sistema comunicante o perforante garantiza que el flujo sea unidireccional, es decir, del superficial al profundo (en condiciones normales), las válvulas de las venas perforantes del pie, por el contrario, permiten el paso de la sangre del sistema profundo al superficial, generalmente son bicúspides, excepto la distal al cayado de la safena interna, que suele ser tricúspide, no existen válvulas en la vena cava inferior y en la ilíaca común también son excepcionales (Monedero, 1997).
1.1.1.3 El territorio capilar
La estructura de las células endoteliales de la pared capilar, tiene una pared compuesta por unja capa unicelular de células endoteliales rodeada por una membrana fina en el exterior. Tiene un grosor aproximado de unas 0.5 micras. Los poros de estas membranas permiten la conexión con el exterior capilar (Klabunde, 2010).
1.1.2 Anatomía topográfica
1.1.2.1 Fisiología y fisiopatología venosa
La insuficiencia venosa, se define como una anormalidad del sistema venoso periférico que reduce o dificulta el retorno venoso y por tanto, en ella interviene no sólo la vena en sí (su pared y válvulas), sino también la llamada “bomba muscular” y el lecho capilar.
Algunos síntomas de la insuficiencia venosa se inician a nivel de los capilares, por lo tanto es importante revisarlo.
- Microcirculación. Es el movimiento de la sangre en la región periférica. Sus factores determinantes son la hemodinámica, la fluidez, las variaciones en el diámetro de la luz vascular, el gradiente de presión arteriovenosa como fuerza impulsora y la presión trasmural, así como el grado de permeabilidad y los procesos de intercambio de sustancias (Navarra, C.U, 2019).
- Estructura del sistema capilar. Los capilares son las ramas pequeñas del árbol circulatorio, de las arteriolas se originan las metaarteriolas, punto de origen de los capilares (Cantabria, 2017).
- Propiedades viscoelasticas de la pared. Las propiedades viscoelasticas de la pared venosa, dependen de su tejido conectivo, del músculo liso y del endotelio. El músculo liso no se contrae exclusivamente por señales nerviosas, si no que se puede producir por factores locales tisulares u hormonas. Este mecanismo controla el flujo en las distintas áreas. Los factores que controla son: ausencia de oxígeno, exceso de dióxido de carbono que provoca la vasodilatación, exceso de iones de hidrogeno que también produce la vasodilatación y otros factores como son el ácido lácteo, reducción de calcio y la reducción de temperatura corporal que a su vez provocan vasodilatación local. La contracción de los grandes vasos se produce por respuesta a impulsos nervioso,, mientras que el músculo de los vasos pequeños se produce por proceso exudatorio controlado por factores locales y hormonales denominado tono vasomotor (Monedero, 1997).
- Participación del músculo liso en la insuficiencia venosa crónica. La participación del músculo liso en la insuficiencia venosa presenta menor contractilidad en respuesta a la epinefrina medida in vitro, reducción en la adaptabilidad (mayor rigidez y mayor módulo de elasticidad) en las venas de los pies de los enfermos con insuficiencia venosa, así como la perdida de la relajación lenta de tensión, trastorno en la respuesta vasoconstrictora al enfriamiento (Monedero, 1997).
- Sistema valvular. Bomba. Las venas tienen válvulas de forma cóncava a intervalos mayores en el lumen que dividen los vasos largos en segmentos. Las válvulas se abren en cuanto se presiona la sangre hacia arriba en contra de la gravedad y se cierran cuando la sangre para y empezaría a fluir hacia atrás (Klabunde, 2010)
1.1.3 Etiología y epidemiologia
A lo largo de la historia se han desarrollado diversas teorías para explicar la causa de la insuficiencia venosa crónica, hasta el momento, ninguna ha sido capaz de justificar totalmente el origen y la aparición de sus síntomas (Albornoz, 2017).
Algunas teorías lo atribuyen a los factores de riesgo como son la edad, los antecedentes familiares, antecedentes de trombosis venosa profunda en las piernas, obesidad, embarazo, permanecer sentado o de pie mucho tiempo, estatura alta o ser mujer, esto ultimo se relaciona con los niveles de la hormona progesterona (Kierszenbaum, 2009).
1.1.3.1 Epidemiologia
La EVC y su signo más paradigmático, la presencia de varices afectan a más del 60% de la población española según los últimos estudios realizados en nuestro país (Carrasco & Sánchez, 2015)
La incidencia anual de varices, según el estudio Framingham (2000), está en el 2,6% para las mujeres y en el 1,9% para los hombres. El estudio Bonn Vein (2002) refleja que un 4% de los pacientes con IVC establecida progresan a un estadio superior en la clasificación CEAP (Sistema de clasificación completo para trastornos venosos crónicos). Los cambios dérmicos, tales como pigmentación o eczema, debidos a EVC están presentes entre un 3% a un 10% según los estudios epidemiológicos. La prevalencia de las úlceras venosas en nuestro entorno, más fácil de medir epidemiológicamente hablando, se encuentra alrededor de un 0,3% de la población adulta, y el porcentaje de población con úlcera activa o cicatrizada es del 1%. Más del 50% de los pacientes con úlceras requerirán un tiempo de curación superior al año (Abbad, et al. 2015).
La prevalencia de la IVC es muy elevada y los estudios epidemiológicos se mueven en rangos amplios dentro de porcentajes altos. Las varices están presentes en el 25-30% de la población adulta femenina en los países occidentales y entre el 10 y el 40% de los hombres (Arellano, 2013).
Para estandarizar el tratamiento de las manifestaciones de la insuficiencia venosa crónica, se elaboró un sistema de clasificación completo (CEAP).
Se reconocen siete categorías clínicas:
Tabla 1. Sistema de clasificacion completo para trastornos venosos crónicos (Eklof y otros, 2004)
Clasificación CEAP de la enfermedad venosa crónica |
Clasificación clínica |
C0 |
Ningún signo visible o palpable de enfermedad venosa |
C1 |
Telangiectasias o venas reticulares |
C2 |
Venas varicosas |
C3 |
Edema |
C4a |
Pigmentación o eczema |
C4b |
Lipodermatoesclerosis o atrofia blanca |
C5 |
Úlcera venosa cicatrizada |
C6 |
Ulcera venosa activa |
1.1.4 Clínica angiológica
La IVC se caracteriza por la presencia de dos síntomas principales, pesadez y dilatación venosa, que pueden presentarse juntos o independientes uno del otro (Navarra, C.U, 2019). Las varices pueden estar presentes o no en la IVC. A continuación se describen las alteraciones clínicas principales de esta condición.
1.1.4.1 Síntomas en miembros inferiores
- Pesadez en miembros inferiores: Es una molestia subjetiva, la pesadez afecta a las piernas, la suelen describir como una fatiga, una molestia o una tensión que obliga al enfermo a sentarse (Monedero, 1997).
- Dolor en la IVC: El dolor es debido al estímulo de receptores nociceptivos, directamente por factores mecánicos, químicos, barométricos o térmicos. También a la aparición de metabolitos algógenos a nivel de la unidad microcirculatoria, donde las células endoteliales son particularmente sensibles a la estasis. En esencia, los siguientes mecanismos pueden explicar la aparición de dolor:
- Aumento de la presión venosa
- La neuralgia por estasis, por presencia de varices alrededor de un nervio.
- Simpatalgias venosas: Consisten en la sensación de opresión, tensión, punzada, picadura, desgarro, palpitaciones o escalofríos de miembros inferiores. Todos estos síntomas se exacerban durante la menstruación o durante el embarazo.
- Calambres: Son de predominio nocturno, pudiendo aparecer también a lo largo del día. Suele darse en pacientes de más de 40 años y están influenciados por el esfuerzo o el calor. Se localizan en pantorrilla o el pie y se explicarían por una distensión de la safena externa.
- Parestesias: Las parestesias con prurito y hormigueo son fugaces. Parecen deberse a un aumento de la tensión parietal de la red venosa o venular muy superficial.
- Sensación de frio o calor: Este síntoma se explica en la población femenina debido a la anastomosis arterio – venosa a nivel de los capilares, produciendo un cortocircuito en el segmento venular que crea hipertensión con estasis (Arellano, 2013).
- Dilataciones venosas (varices): Son dilataciones de las venas superficiales de los miembros inferiores, que se aprecian mejor cuando el enfermo se pone de pie y que se acompañan de insuficiencia valvular y de reflujo sanguíneo contracorriente cuando el sujeto se encuentra en bipedestación. Se produce un fallo en arquitectura de la vena por alteración del tejido conectivo, y por tanto, afectación de la función valvular, lo que se traduce en un incremento progresivo de la presión intraluminal, que lleva a la dilatación venosa (Mohan, 2012).
- Estasis: Es un aumento de la presión hasta el nivel intersticial en la unidad macro- microcirculatoria venosa. Este aumento de presión puede tener lugar aun existiendo integridad del sistema valvular venoso y es responsable de los síntomas referidos por los pacientes como pesadez, parestesias, dolor, edema (Monedero, 1997).
1.1.4.2 Signos clínicos en la insuficiencia venosa crónica
- Edema: El edema es un signo funcional que se acompaña de hinchazón y trastornos tróficos. Generalmente aparece con la bipedestación prolongada, al permanecer mucho tiempo sentado y con el calor, desapareciendo totalmente mediante reposo, con elevación de las piernas o la contención elástica.
Figura 2. Edema en miembros inferiores (Plus, 2018).
- Dilataciones venosas y telangiectasias: Como consecuencia de la estasis mantenida sobre el sistema venoso superficial se producen alteraciones a nivel del aparato valvular venoso y secundariamente, dilataciones venosas. Así mismo, se forman telangiectasias, que son dilataciones patológicas de los vasos más superficiales de la piel, a menudo, vénulas del plexo subpapilar, con un diámetro de aproximadamente 1 mm, provocadas por diversos mecanismo, entre los cuales la estasis y la influencia hormonal son los más importantes.
- Cambios tróficos cutáneos: Son polimorfos y expresan la agravación progresiva de perturbaciones iniciales de la filtración – reabsorción hacia una degeneración tisular y capilar inflamatoria. Se pueden distinguir : Eczemas, dermatitis pigmentadas, hipodermitis esclerosas, atrofia blanca (Mohan, 2012)
1.1.4.3 Complicaciones en la insuficiencia venosa crónica (Arellano, 2013)
- Varicorragia: Es la rotura de una variz seguida de una hemorragia más o menos abundante, pueden ser de tres tipos, externa, subcutánea y subaponeurotica.
- Varicoflebitis o varicotrombosis: Es la inflamación, con o sin obstrucción, de una dilatación venosa, con o sin coágulo, originada como consecuencia de un traumatismo o de una inmovilización prolongada y, en ocasiones, sin encontrar causa desencadenante.
- Úlceras: Nace de una isquemia a nivel de la piel secundaria a un aumento de presión
1.1.5 La importancia del agua en el sistema circulatorio
El agua es uno de los elementos básicos de la naturaleza, está presente en todos los procesos vitales, por lo tanto, toda vida significa la existencia del agua. El agua va a producir efectos sobre diferentes sistemas, como son el respiratorio, cardiovascular, renal, musculo esquelético, neuro muscular y psique (Castromil & García, 2001)
En el caso del sistema cardiovascular, a la causa de la PH se incrementan los retornos venoso y linfático, lo que aumenta en un 60% el volumen central. Esto provoca un aumento de la presión venosa central de 3-18 mmHg, de la presión en la aurícula derecha y de la presión pulmonar, y se pone en marcha el reflejo de Frank Starling, mecanismo intrínseco del corazón que hace que las fibras miocárdicas se distiendan y aumente la fuerza de contracción, y que con ello se incremente el volumen sistólico un 35% y el gasto cardiaco un 32%, a pesar de reducirse ligeramente la frecuencia cardiaca durante la inmersión (Iborra, 2013)
El corazón, la circulación y los vasos sanguíneos responden especialmente bien a los tratamientos con agua. Todo el sistema vascular se ve tonificado y reacciona ante los estímulos externos. Hay también aplicaciones individuales que producen un efecto especial sobre el corazón, mientras otros actúan sobre la presión sanguínea (Leibold, 1982).
1.1.6 Tratamientos utilizados en la insuficiencia venosa crónica
El tratamiento conservador que hay actualmente para el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica, se basa en intentar contrarrestar los factores de riesgo comentados anteriormente, en aplicar medidas físico posturales como es la elevación de las piernas, el drenaje linfático y la hidroterapia. La actividad física como andar entre 1-2 horas diarias y por supuesto otros deportes como son la natación, el ciclismo por que activan la región gemelar y así activar el bombeo muscular. Las medidas compresivas, como son las medias compresivas o la presoterapia instrumental. El tratamiento farmacológico como son los venotónicos o anticoagulantes. El tratamiento de cremas y geles de uso tópico. Otros tratamientos que también se utilizan son el Láser, la escleroterapia o la cirugía (Azcona, 2008).
El tratamiento quirurgico de la IVC utiizan técnicas correctoras microinvasivas basadas en la eliminacion mediante mecanismos físicos, mecánicos, químicos o quirurgicos de los segmentos insuficientes (Carrasco & Sánchez, 2015)
Por este motivo y en este contexto tan heterogéneo de posibilidades terapéuticas, tal y como recogen los distintos medios bibliográficos, el uso de la hidroterapia forma parte de la prevención y tratamiento en la insuficiencia venosa crónica (Abbad, Horcajo, Ortega, & Madrid, 2015).
En el estudio sobre los efectos de las aguas minero- medicionales propuesto por Juan Chamorro y Clara Caballero (2006), arrojan información sobre las acciones de las aguas. Dicen que la incorporación de los minerales al organismo provocan varias acciones:
- Acción catalítica: Los iones del agua intervienen en las reacciones enzimáticas
- Acción antitóxica y antihistamínica: Disminuyen la acción de determinados tóxicos y el efecto de la histamina
- Acción estimuladora: Liberando sustancias como las interleukinas
- Acción estimuladora del eje hipotalamohipofisario: Libera aderenalina que estimula al hipotálamo, descendiendo los neuroestímulos hasta la retrohipófisis a través de los neuroejes, liberando ACTH, lo cual aumenta el consumo de corticoides descargando las glándulas suprarrenales y posteriormente recuperándose (Ordás & Escudero, 2016)
Por lo tanto, esta modalidad terapéutica actualmente poco explorada puede ser de gran utilidad con la finalidad de prevenir y tratar a los pacientes que sufran de insuficiencia venosa crónica.
1.1.7 Historia de la hidroterapia
Las aplicaciones de agua con fines terapéuticos, constituyen uno de los más viejos procedimientos curativos de que ha dispuesto la humanidad desde sus orígenes. La vida nació en el agua. El pulso de nuestras arterias es el oleaje del mar primigenio que lleva nuestra sangre (Vinyes, 2004).
- Médicos egipcios: Eran simultáneamente médicos, sacerdotes, astrónomos y artistas, concedían un gran valor preventivo a diferentes medidas higiénicas, como una alimentación sana, vestimenta adecuada, gimnasia y determinadas aplicaciones hidroterápicas (Vinyes, 2004).
- Macedonios: Las mujeres de esta cultura, se bañaban en agua fría después del parto para evitar las hemorragias postparto. Hoy día se conoce la acción vasoconstrictora de las aplicaciones de agua fría (Vinyes, 2004).
- Antigua Grecia (mil a.C): El uso del agua, en forma de aplicaciones hidroterápicas parciales, así como en forma de baños complejos, era un procedimiento terapéutico corriente en la antigua Grecia, como lo confirman los numerosos restos arqueológicos de casas e instalaciones de baños, o sus representaciones gráficas que todavía hoy se conservan en gran cantidad de vasijas (Iborra, 2013).
- Hipócrates y la Escuela de Cos (460- 377 a.C): Consideró la hidroterapia como un método terapéutico de primer orden, empleando sus distintos procedimientos con gran profusión (Leibold, 1982).
- La hidroterapia en la Roma Clásica: Asclepíades, amigo y médico personal de Cicerón, fue un introductor de la hidroterapia en Roma en el siglo II a.C. Galeno (129-199 d.C), uno de los padres de la medicina occidental y médico personal del emperador Marco Aurelio, respecto a la hidroterapia obtuvo conocimiento sobre el uso de duchas frías y baños totales y parciales (Vinyes, 2004).
- De Roma al siglo XVIII: Después de la caída del imperio Romano, la medicina pasó a manos de Clerigos y monjes, relegándose el uso de la Hidroterapia.
- Sigmund Hahn y Johann S. Hahn: Los doctores padre e hijo, popularmente conocidos como “médicos grifo” de Schweidnitz (Silesia). Destacaron el papel importante de la piel y eliminación de sustancias nocivas con determinadas aplicaciones de agua fría. Hicieron mención en numerosos escritos a las propiedades terapéuticas del agua.
- Vinzenz Priessnitz (1799-1851): Fue un curandero muy observador, con gran intuición y sentido común. Sus procedimientos más habituales eran los lavados, totales y parciales, las compresas, las duchas, los baños, el ejercicio físico, la bebida de agua fresca de fuente y una dieta sencilla pobre en carne (Iborra, 2013).
- Antón Sebastian Kneipp (1821): Sebastian Kneipp, fue un clérigo que dedicó su vida a la curación de enfermos en toda Europa. Conoció el uso del agua, gracias al libro del Dr. J.S. Hahn “Enseñanza sobre la fuerza y acción del agua fría sobre el cuerpo humano” (Vinyes, 2004).
- La hidroterapia ingresa en la universidad: La hidroterapia adquirió rango científico, gracias al médico vienés, el profesor Winternitz (1835-1917). Este introdujo la hidroterapia en los planes de estudio de la facultad de medicina (Iborra, 2013).
1.1.8 Tipos de agua
Extracto de la ley, en la cual se realiza la clasificación de las aguas del Estado Español. (Ley 22/1973, Boletín oficial del estado, de 21 de julio de 2015)
- A efectos de la presente Ley, las aguas minerales se clasifican en:
- Minero-medicinales, las alumbradas natural o artificialmente que por sus características y cualidades sean declaradas de utilidad pública.
- Minero industriales, las que permitan el aprovechamiento racional de las sustancias que contengan.
- Son aguas termales aquellas cuya temperatura sea superior a 4˚C a la media anual del lugar donde alumbran.
- Se entiendo por estructura subterránea todo depósito geológico, natural o artificialmente producido como consecuencia de actividades reguladas por esta ley, cuyas características permitan retener naturalmente y en profundidad cualquier producto o residuo que en él se vierta o inyecte.
- Se consideran yacimientos incluidos en la sección B) aquellas acumulaciones constituidas por residuos de actividades reguladas por esta Ley que resulten útiles para el aprovechamiento de alguno o algunos de sus componentes.
1.1.8.1 Factores químicos del agua
La propiedad de cohesión del agua, es debida a la atracción del extremo positivo de una molécula por el extremo negativo de la misma. Las uniones intermoleculares permiten mantener unidas dichas moléculas. Dada la polaridad de la molécula de agua, al unión se establece por medio de una fuerza de atracción intermolecular llamada enlace por puente de hidrogeno (Vega, 2003).
Según su composición quimica las águas pueden ser clasificadas como bicarbonatadas, sulfatadas, cloruadas, sódicas, cálcicas, magnésicas entre sus elementos mayoritarios, y otros muchos elementos que, sin ser predominantes, los contienen en determinada concentración, elementos especiales y/o gases: carbogaseosas, sulfuradas, ferruginosas, radiactivas, entre otras… Cada una de ellas tiene un efecto específico derivado de esa mineralización, específicamente de sus componentes mayoritarios, pero también de otros muchos elementos que llevan en su composición, elementos traza u oligoelementos, que en su conjunto, elementos mayoritarios y minoritarios, confieren al agua mineromedicinal su singularidad. Las aguas que, sin tener elementos especiales, su mineralización global no supera 1 gr/l se las denomina oligominerales u oligometálicas (Bacaicoa, 2006)
1.1.8.2 Factores físicos del agua
Son las propiedades que determinan el estado físico, determinan si el agua está en estado sólido, líquido o gaseoso. También su factor incoloro, insípido, inodoro. Por otro lado se encuentran las propiedades como la densidad, punto de congelación, punto de ebullición, presión crítica o temperatura crítica. Las propiedades se dividirán en mecánicas y térmicas. Ambas serán aplicadas en las técnicas hidrotermales como agente transmisor de energías de tipo mecánico y térmico y el efecto fisiológico de la aplicación sobre el organismo (Vega, 2003).
- Propiedades de carácter mecánico
- Cohesión y viscosidad: Cohesión de un líquido es la fuerza de atracción ejercida por cada molécula respecto a las que les rodean. La viscosidad es la propiedad de un líquido a oponer resistencia relativa al movimiento dentro de él. A mayor cohesión, la viscosidad será mayor.
- Densidad: Es la relación entre el valor de la masa y el volumen que ocupa dicha masa de agua. La densidad del agua es muy baja y su máximo se alcanza a una temperatura de 3.98˚C
- Tensión superficial: Es el fenómeno por el cual la superficie de un líquido se comporta como si fuese una fina película elástica.
- Propiedades de carácter térmico
- Conducción térmica: Es una propiedad física de la materia que mide la capacidad de conducción de calor a través de la misma.
- Punto de ebullición: El punto de ebullición es la temperatura a la cual un elemento pasa del estado líquido al gaseoso.
- Capacidad calorífica: La capacidad calorífica es la cantidad de calor que permite variar, en un grado, la temperatura de un cuerpo (Iborra, 2013).
1.1.9 Indicaciones y contraindicaciones
La terapia acuática está indicada en todos los ámbitos de la rehabilitación. Sin embargo hay determinadas situaciones clínicas en las que está contraindicada de forma absoluta por el riesgo de propagación de infecciones por contaminación del agua, o por el riesgo evidente de un empeoramiento de la salud del paciente (Güeita 2015)
1.1.9.1 Contraindicaciones absolutas
- Procesos infecciosos o febriles
- Enfermedades infectocontagiosas y afectaciones dérmicas contagiosas
- Heridas abiertas o en proceso de cicatrización
- Fases agudas en procesos reumáticos y brotes en enfermedades neuromusculares degenerativas, como la esclerosis múltiple
- Problemas cardiacos y respiratorios graves (capacidad vital inferior a 1500ml), o inestables que puedan empeorar con el esfuerzo físico y las condiciones ambientales de la instalación
- Insuficiencia renal grave
- Hipotensión o hipertensión graves, o presión arterial no controlada
- Alteración grave de la termorregulación
1.1.10 Métodos específicos de intervención en el agua
Existen distintos métodos de intervención en el medio acuático, entre ellos destacan los siguientes:
1.1.10.1 Método de los anillos de Bad Ragaz (Meno, 2000)
El método de los anillos de Bad Ragaz es una terapia basada en el movimiento contraresistencia por medio de patrones de movimiento en posición supina, con ayudas de flotación en el cuello, la pelvis y, según el caso, los tobillos. Es una intervención individual en la cual el terapeuta realiza resistencias adaptadas al paciente, contra las que este tiene que moverse. La velocidad del movimiento se decide en función de la resistencia adicional que ofrece el agua, y con dicha velocidad se decidirá también que fibras se activaran durante el movimiento.
Basado en el concepto de la facilitación neuromuscular propioceptiva, mayormente se definen patrones tridimensionales a través de las diagonales del cuerpo.
1.1.10.2 Terapia acuática específica (WST)- programa de 10 puntos
Halliwick es un concepto originalmente desarrollado para enseñar a los pacientes con una discapacidad física a nadar y para hacerles más independientes en el agua, mediante un programa de diez puntos. La independencia es un requisito importante para la participación en actividades terapéuticas, vocacionales o de ocio, de forma individual o en grupo (Grosse, 2001).
La predisposición para perder el equilibrio y la capacidad de recuperarlo nuevamente son los elementos clave de esta independencia (Güeita 2015).
El programa de diez puntos se utiliza para alcanzar estos objetivos y se desarrolla para incluir la terapia específica en el agua (WST, Water Specific Therapy), que se basa en tratar las deficiencias de funciones o de estructuras corporales.
La naturaleza de la WST es un abordaje activo, y en su mayor parte dinámico, para poder facilitar el movimiento y el imput sensorial. Sin embargo, también tiene un componente estático, en el cual se ejercitan la activación selectiva de los músculos y la estabilización de las articulaciones específicas
1.1.10.3 Ai Chi
Las bases del Ai Chi la conforman sus 19 katas; las katas son movimientos continuos, lentos y amplios que forman una secuencia con un progresivo incremento de la dificultad.
Consiste en patrones de movimiento a partir de los brazos, los brazos y el tronco, y los brazos, las piernas y el tronco. Existen diferentes secuencias posibles, que consisten en una selección de los 19 movimientos o katas y un número distinto de
En la mayoría de las ocasiones se utiliza música para guiar el ritmo de los movimientos y de la respiración. Los movimientos se realizan con un ritmo de respiración de aproximadamente 14-16 respiraciones por minuto. El ritmo respiratorio se comporta como una señal auditiva para dar continuidad a los movimientos suaves y es una herramienta altamente valorada por personas con disfunciones diversas.
El Ai Chi también incluye elementos importantes y necesarios para el equilibrio (y la prevención de caídas), como son las transferencias continuas de peso y el hecho de no usar los brazos para apoyarse ni tan siquiera en superficies de apoyo estrechas (Güeita 2015).
· Ai Chi clínico
El término Ai Chi clínico se usa para poder distinguirlo del Ai Chi común tal como se aplica en el área del bien estar. El Ai Chi clínico puede usarse para aplicaciones terapéuticas específicas, que deben basarse en un nivel de evidencia certero. El concepto de Ai Chi clínico fue validado por Jun Kunno en la Association International Aquatic Therapy Faculty en Suiza (Güeita 2015).
1.1.1.1 Terapia cráneo- sacral en el agua
El método de tratamiento creaneosacro fue desarrollado a principios de los años 1930 por William Garner Sutherland (1873-1954). La mayor aportación de Sutherland, junto a la aplicación consecuente de los principios de la osteopatía en el cráneo, que hasta el momento era considerado como un todo inamovible también entre los osteópatas, fue el descubrimiento de un sistema de regulación para el organismo que se manifestaba a través de un ritmo lento y rítmico del cráneo (Güeita 2015).
1.1.1.2 Watsu (Blanco, 2015)
Fue también en la década de 1970 cuando Harold Dull, creador del Watsu, se formó con el principal profesor de Shiatsu Zen en Japón, Shizuto Masunaga (autor del Zen Siatus). Tras su regreso de Japón, Dull comienza a enseñar y a desarrollar en un proceso paulatino el paso del Shiatsu al Watsu. La aplicación del Shiatsu en el medio acuático fue evolucionando progresivamente: mediante el traslado de la camilla al agua en los inicios, hasta utilizar, finalmente, el propio cuerpo del terapeuta como único soporte. Para completar su formación, al estudiante de Watsu se le insta a, una vez integrados los movimientos y la serie de secuencias posibles, escuchar el movimiento intrínseco y espontaneo del cuerpo, y acompañar esa necesidad, en lo que Dull denomina “flujo libre”. En la actualidad goza, a través del instituto de formación Watsupath, del reconocimiento del Registro Internacional de Trabajo Corporal Acuático y de la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias, acreditado por el sistema Nacional de Salud español, siendo tratamiento de elección por parte de algunos profesionales de la salud en piscinas terapéuticas, hospitales centros de rehabilitación (Vega, 2003).