Los tratamientos para la obesidad se remontan a Hipócrates, quien recomendó cambios de estilo de vida a pacientes obesos (1).
Las poblaciones en gran parte del mundo se han vuelto cada vez más sedentarias, adquieren comportamientos sedentarios como ver la televisión o trabajar sentados. Estos comportamientos son asociados al estado de salud, no solo de la obesidad, sino también de problemas cardiovasculares y diabetes. Un reciente estudio del Lancet, identificó la inactividad física como un importante contribuyente a la muerte y discapacidad de enfermedades no transmisibles en todo el mundo, y confirmó la importancia de aumentar la actividad física como una prioridad para la combatir esta enfermedad. La importancia de realizar actividad física y el desarrollo e implementación de estrategias basadas en la población para mejorar y mantener la actividad física ha sido lenta. Existen guías de actividad física de la OMS que recomiendan un mínimo de 150 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada durante 5 días a la semana y actividades de fortalecimiento muscular dos o más veces por semana para todos los adultos. La actividad física diaria como andar, trotar, ir en bicicleta puede ser muy efectiva para perder peso (2).
En el mundo, una de cada tres personas mayores de 15 años son sedentarios, con porcentajes que van desde el 17% en los países del sudeste asiático hasta el 43% en el continente Americano y el mediterráneo oriental (3).